El ajuste impulsado por Javier Milei sigue licuando salarios y se acercan al nivel que tenían tras el estallido de 2001.
En campaña prometió que "la casta" pagaría el ajuste que prometía hacer de llegar a la Casa Rosada. Sin embargo, apenas puso un pie en la Casa Rosada, Javier Milei desató un plan de licuación de ingresos de los trabajadores y jubilados que está arrojando a la pobreza a muchos de ellos y a una velocidad nunca antes vista.
El ajuste sobre los trabajadores ya se comió, en apenas cuatro meses de gestión, casi una cuarta parte del poder de compra de los salarios. Por cuarto mes consecutivo, en febrero pasado los salarios sufrieron una nueva caída frente a la inflación y acumuló un retroceso del 23,9% desde noviembre, y se acercan al mínimo histórico del final de la convertibilidad.
La Remuneración Imponible de Trabajadores Estables (RIPTE) reflejó que los salarios aumentaron un 11,5% en el segundo mes del año, frente a una inflación que alcanzó el 13,2%, según reveló el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
De esta manera, el salario promedio en febrero fue de 619.007,05 pesos, un valor que, al igual que en enero, se ubicó por debajo de la canasta familiar de pobreza. Así quedó reflejado con el dato del Indec, ya que en febrero un matrimonio con 2 hijos menores necesitó 690.901,57 pesos para cubrir sus necesidades básicas, sin considerar el alquiler.
Los salarios de los trabajadores tuvieron una caída del 26% interanual en febrero, según los cálculos del economista Salvador Vitelli, quien aportó que con el retroceso del segundo mes del año se alcanzó la peor caída cuatrimestral en la historia del índice. En este sentido superaron el derrumbe de la convertibilidad en cuanto a un periodo de cuatro meses, que fue del 20%, y se acercan al mínimo mensual.
El salario promedio terminó 2023 en 484.298,40 pesos, creciendo un 149,4% frente al valor que presentaba a finales de 2022 cuando alcanzaba los 194.175,11 pesos. La suba no fue suficiente para ganarle a la inflación que fue del 211,4% en los 12 meses del calendario pasado. La diferencia representó una pérdida del poder adquisitivo del 20% para los 10 millones de trabajadores formales del sector público y privado que contempla el RIPTE.
El RIPTE se define como la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que perciben los trabajadores que se encuentran bajo relación de dependencia y que han sido declarados en forma continua durante los últimos 13 meses.
El indicador es una de las variables que se toma en cuenta para el cálculo de la movilidad previsional junto a la evolución de la recaudación tributaria que va a la Seguridad Social, descontando el incremento del padrón de beneficiarios.