El promedio histórico de consumo de carne per cápita por año es de 73 kilos. A partir del fuerte ajuste que impuso Javier Milei, ese nivel se derrumbó y no llega hoy a los 45 kilos.
La estrategia del gobierno de Javier Milei es tan sencilla como catastróficas son sus consecuencias: provocar una fuerte recesión económica que derrumbe los salarios y junto con ellos la demanda. Sin demanda, cree, los precios irán a la baja. En el camino, se destruyen miles de puestos de trabajo,
Una de las consecuencias del brutal ajuste es el cambio de hábitos. Impelidos por llegar a fin de mes, los trabajadores comienzan a resignar gustos cuando no también, necesidades básicas.
Este cambio de hábitos puede verse en un clásico argentino: el asado.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario advierte que el consumo anual per cápita este año estará por debajo de los 45 kilos, mucho menos que el promedio histórico de casi 73 kilos.
También será inferior al registro de 1920, cuando se consumieron 46,9 kilos por habitante.
Pese a todo, en la comparativa internacional Argentina continúa siendo uno de los países con mayor consumo per cápita, con una ingesta prácticamente igual al de Uruguay y superando ampliamente a Estados Unidos (38 kg.), Australia (27 kg.) y Chile (26 kg.).
Se proyecta que este año cada argentino consumirá 45 kg de carne vacuna, lo que representa la cifra más baja de los últimos 110 años.
El consumo de carne vacuna en Argentina se encuentra en una tendencia decreciente desde la segunda mitad del siglo pasado, en gran medida por la sustitución de otras fuentes de proteínas.
Pero esta tendencia “se ve agravada por la actual recesión que está atravesando la economía argentina y que lleva a muchos consumidores a inclinarse por el consumo de pollo y cerdo, siendo estas alternativas más económicas”, indicó la Bolsa rosarina.
En este escenario, el consumo total de carnes bovina, aviar y porcina en Argentina podría ubicarse este 2024 en torno a los 105,7 kg. por habitante.
Representaría una caída del 9% respecto del 2023, y sería el consumo más bajo desde 2011. Es decir que los argentinos consumen cada vez menos proteínas animales.
Cada habitante consumiría en 2024 siete kilos menos de carnes en comparación al promedio de los últimos diez años, que es de 112,8 kg.
Consumo de carnes
Según el informe, la composición de la dieta cárnica del habitante promedio sería la siguiente: 42% de carne bovina, 42% de carne aviar y 16% de carne porcina.
La proporción de carne bovina habría caído 3,5 puntos porcentuales respecto al 2023, alcanzando un mínimo histórico.
Al mismo tiempo, el consumo de carne aviar aumentó 2,4 puntos porcentuales de forma interanual.
Por primera vez en los registros, el habitante promedio en Argentina consumiría en 2024 la misma cantidad de carne vacuna que de carne aviar (alrededor de 44,5 kg.).
El consumo de carne porcina, por su parte, aumentaría 1,1 puntos porcentuales respecto al año previo.
Hay una sustitución del consumo de carne vacuna por alternativas más económicas como son el pollo y el cerdo.
En tanto, el salario bruto promedio alcanzaría para comprar 146,6 kilos de asado en 2024. Significa una baja del 5,6% con respecto al 2023, cuando el poder de compra de los sueldos era de 155,2 kilos.
En comparación con el consumo promedio de los últimos diez años, en 2024 cada habitante consumiría cerca de 22 kilos. menos por persona, con una caída del 13,3%.