El Presidente y todo su gabinete de Gobierno, incluida Victoria Villarruel, están presentes en la celebración religiosa en la Catedral Metropolitana. Al ingresar, evitó saludar a la vicepresidenta y al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Hay expectativa por el mensaje del arzobispo de Buenos Aires
En un clima de tensiones políticas y liturgia patriótica, el presidente Javier Milei participará este domingo del tradicional Tedeum por el 25 de mayo en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires junto a todo su gabinete, incluida la vicepresidenta Victoria Villarruel.
La ceremonia religiosa, que marca el aniversario de la Revolución de Mayo de 1810, está prevista para las 9 y será escenario del esperado reencuentro público entre el primer mandatario y su vicepresidenta, tras meses de distanciamiento político y personal.
Milei y su equipo de gobierno salieron de la Casa Rosada a las 8:46 y caminaron por la avenida Rivadavia la cuadra y media que la separan de la sede religiosa donde se hace el habitual festejo durante esta fecha patria. Casi al mismo momento, Villarruel, vestida con un traje rosa, ingresaba a la Catedral Metropolitana. El año pasado, el Presidente y su vice habían caminado juntos agarrados del brazo.
Milei ingresó a las 8:49 a la Catedral junto a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y fue recibido por García Cuerva. Detrás del mandatario ingresaron los ministros de su Gabinete, Con Luis Petri, Guillermo Francos y el canciller Gerardo Werthein en primera fila.
Una vez dentro de la Catedral, el Presidente saludó a algunos de los presentes, se dio un fuerte abrazo con José Luis Espert, pero evitó estrechar la mano del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri. Tampoco saludó a Victoria Villarruel, quien estaba al lado del alcalde porteño. Fue García Cuerva el que, tras el paso del mandatario, se acercó a la vicepresidenta y le dio un afectuoso saludo.
El quiebre de la relación es un hecho reconocido por ambas partes desde fines de 2023, cuando diferencias estratégicas y tensiones internas en La Libertad Avanza rompieron la sintonía inicial.
El acto litúrgico de este año estará marcado por una connotación especial: es el primero que se celebra desde el fallecimiento del papa Francisco, quien fuera arzobispo de Buenos Aires durante más de una década.
A pesar de que cuando asumió la presidencia Milei catalogó a Francisco como “el representante del maligno en la Tierra”, la relación entre ambos logró encaminarse durante el primer año de su mandato y, luego del fallecimiento del sumo pontífice, dijo que pudo consolidar un buen vínculo con Francisco, que fue perdonado por él y que entendió su rol de figura política global, catalogándolo como “el argentino más importante de la historia”.
En el Gobierno están expectantes del discurso que dará el actual arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, que el año pasado apeló a la clase dirigente pidiéndole que se debe “acompañar con hechos y no solo con palabras el esfuerzo de la gente”, convocando a una “alianza social para la esperanza, inclusiva y no ideológica”.
García Cuerva mantiene un perfil moderado pero comprometido con las demandas sociales. En el último mes, el arzobispo insistió en estudiar el legado del papa Francisco, especialmente en relación con los sectores excluidos. En sus últimas homilías, se mostró preocupado por el rumbo económico y llamó a “abrir espacios de encuentro” en medio de las crisis.
Una de las incógnitas es si el mensaje eclesiástico tendrá repercusión en la política inmediata. En el Gobierno consideran que el rol del arzobispo será cada vez más influyente en la construcción de una referencia ética para los sectores no alineados ni con el oficialismo ni con el kirchnerismo.
A diferencia del año pasado, cuando Milei viajó a Córdoba tras el Tedeum y anunció la creación del Consejo de Mayo desde el Cabildo de esa ciudad, esta vez toda la agenda oficial se concentrará en la ciudad de Buenos Aires. Tras la misa, el Presidente permanecerá en la Plaza de Mayo para presenciar el cambio de guardia de los regimientos históricos, una ceremonia que se extenderá por media hora.
Desde el Gobierno confirmaron que se trata de una decisión logística y simbólica: no habrá actos fuera de la capital. El objetivo es limitar la exposición presidencial, en un contexto de reconfiguración de alianzas políticas y tensiones económicas.
En ese sentido, voceros oficiales remarcaron que la participación de todo el gabinete y de Villarruel responde a un gesto institucional, aunque insistieron en que la relación con la Vicepresidenta “se mantiene distante”.
Dos actos, dos relatos
A la misma hora que el oficialismo conmemore la fecha patria en la Catedral, a pocos kilómetros de allí, en el Polo Cultural y Deportivo Saldías, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezará el “Encuentro de la Cultura Popular”, organizado por el Instituto Patria. El evento comenzará a las 9 de la mañana. En este caso, habrá actividades culturales y un homenaje a Néstor Kirchner, a 22 años de su asunción presidencial. De todas formas, se espera que la exmandataria hable después de las 11:30.
“Proponemos desmontar el relato de la derrota y construir otra narrativa del porvenir”, expresaron los organizadores en un comunicado. Cristina Kirchner, en tanto, utilizó sus redes para invitar a la ciudadanía a seguir el acto en vivo.
La elección del horario y el contenido del evento fue leído en clave política como un contrapeso simbólico al Tedeum oficial, consolidando así la polarización entre el gobierno libertario y el espacio kirchnerista.