El equipo económico vuelve de Estados Unidos sin anuncios concretos de fondos frescos por parte del organismo que conduce Kristalina Georgieva y busca otras alternativas para conseguir un refuerzo a las cuentas públicas.

A pesar de la recomposición de reservas y la baja del riesgo país, el Gobierno sabe que por ahora no puede salir a emitir nueva deuda en el mercado (la tasa todavía es alta) y tampoco puede gastar todos los dólares que compró porque la economía los necesitará para importaciones si empieza a reactivarse.

Javier Milei afirmó en varias oportunidades que el único obstáculo que hoy ve para levantar el cepo al dólar es que le faltan US$15.000 millones. Deshacer las restricciones cambiarias no es solamente un deseo del oficialismo, sino también un paso necesario para generar confianza entre los inversores y con el propio FMI.

En ese escenario, el equipo económico comandado por Luis Caputo explora vías alternativas para conseguir financiamiento extra. Una posibilidad, que parece haberse alejado, era pedir un refuerzo al organismo que conduce Kristalina Georgieva. Los funcionarios se reunieron en Washington con la subdirectora del FMI, Gita Gopinath y con el director del departamento para el Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdes.

Allí, el Gobierno apuntaba a conseguir un extra de hasta US$15.000 millones para este año. Sin embargo, tanto al término de la reunión como en declaraciones posteriores, los representantes del FMI elogiaron los rápidos resultados que el plan económico está mostrando, pero se negaron a hablar de fondos frescos.

“Estamos trabajando en completar la octava revisión del programa existente con el Fondo. Nuestras discusiones se centraron en políticas para implementar la calidad y durabilidad del ajuste fiscal y sobre la mejora manera de ajustar las políticas del Banco Central para continuar reduciendo la inflación y restaurando las reservas”, afirmó Valdes. Está previsto que la auditoría finalice en mayo y su aprobación -que está descontada- generará el envío de casi U$800 millones.

Otra alternativa posible para conseguir un respaldo financiero extra son préstamos directos. Allí, una opción disponible es conseguir un repo, es decir, un crédito entre por parte de varios bancos privados que se asocian para esa operación. El asesor presidencial Federico Sturzenegger utilizó esa táctica cuando era presidente del Banco Central y levantó el cepo, a fines de 2015.

La tercera vía es conseguir apoyo financiero de otro país. Algo así como lo que Sergio Massa acordó el año pasado con Qatar, que le cedió 580 millones de Derechos Especiales de Giro a la Argentina para que el país pueda pagar un vencimiento al FMI justo antes de las elecciones primarias.

Viaje a China, con la vista en el swap

En las próximas semanas, también habrá un viaje oficial a China. La canciller Diana Mondino estará acompañada, entre otros, por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Fuentes consultadas por TN afirmaron que el viaje será de carácter protocolar, con el objetivo de mostrar compromiso en la relación entre Argentina y China, tras los cortocircuitos que se vieron al inicio de la gestión de Javier Milei.

Si bien no anticipan reuniones técnicas, la visita se dará poco antes de que la Argentina deba pagar -entre julio y septiembre- unos US$1700 millones al gigante asiático por la activación de un tramo del swap con China durante el año pasado. De acuerdo con el último reporte del staff del FMI, la intención del Gobierno es refinanciar ese monto.

El swap entre China y la Argentina comenzó en 2009. Luego, en 2014, se firmó un segundo acuerdo que se renovó tres años después y en 2018 se cerró un pacto suplementario. En agosto de 2020 se firmó el entendimiento que fue renovado nuevamente en junio de 2023 por tres años más. Es decir, hasta agosto de 2026.

Fuente: TN