El asesor estrella volvió a imponer su postura y el Gobierno decidió correr al Presupuesto 2025 de sus prioridades.

Fue una reunión en la Casa Rosada, poco antes del mediodía, que duró algo más de una hora, en la que, una vez más, Santiago Caputo se impuso. Un rato después, José Luis Espert, en un anuncio leído frente a periodistas, dejó en claro que el Presupuesto 2025 no era una prioridad para el Gobierno. La decisión generó malestar entre los gobernadores de Juntos por el Cambio y los de partidos provinciales, los únicos dispuestos a aportar los votos necesarios.

El asesor estrella del Gobierno prevaleció nuevamente en la discusión con Guillermo Francos, promotor del acuerdo con los gobernadores. El jefe de Gabinete argumentó que contar con una ley que guíe el gasto público era clave para enviar señales de gobernabilidad y respaldo a los mercados.

"No importa cuántos vos les des, siempre encontrarán un motivo más para modificar las condiciones", fue el argumento que Caputo utilizó para justificar la falta de acuerdos con el Congreso. "Está cada vez más convencido de que no hay nada por negociar ni acordar; cree que le sirve seguir mostrando una confrontación con el Poder Legislativo. Ahora lo llama 'el partido del Estado'", comentó, ante MDZ, uno de los diputados que lo conoce desde antes de la llegada de Javier Milei al poder.

Desde el despacho de Martín Menem dejaron trascender que los cinco puntos exigidos por los gobernadores para apoyar el Presupuesto 2025 implican un costo de alrededor del 0,4 % del Producto Bruto Interno (PBI). "Nada que comprometa el déficit cero vamos a acompañar; es la primera vez que un presidente le pide a un ministro de Economía mayor austeridad", afirmaron desde la Presidencia de la Cámara baja. "Hoy Caputo quiere aumentar el gasto, y es Milei quien lo frena", insistieron desde La Libertad Avanza en diálogo con este medio.

Menem está convencido de que los gobernadores intentaron presionar hasta las últimas semanas del período ordinario del Congreso para doblegar al Gobierno. "Esa estrategia no la aceptamos más", señaló el riojano en una reunión privada. Esto quedó plasmado en el anuncio leído desde un atril por José Luis Espert, quien afirmó: "Si en las próximas semanas hubiera avances en este sentido, el Poder Ejecutivo evaluará la posibilidad de convocar a extraordinarias para su tratamiento".

"Si algo dejó en claro el anuncio de Espert es que, como veníamos diciendo hace tiempo, el Gobierno no quiere una ley de presupuesto para 2025", lanzó Germán Martínez, jefe del bloque Unión por la Patria. "Se siente más cómodo sin una ley sancionada por el Congreso y sin el control parlamentario. La reconducción del Presupuesto 2023 da vía libre a un ajuste aún más insensible", agregó Pablo Juliano, jefe del bloque radical disidente Democracia Para Siempre.

La posibilidad de que haya Presupuesto 2025 depende de que finalmente se alcance un acuerdo, el Gobierno convoque a sesiones extraordinarias y, en ese decreto, se incluya el proyecto que Milei presentó el 15 de septiembre en una transmisión televisiva desde el recinto de la Cámara de Diputados.

Los gobernadores esperan una nueva reunión con el Gobierno nacional para avanzar en este sentido. Los mandatarios provinciales sostienen que es necesaria una ley que ordene y guíe el gasto del próximo año. Consideran que son los principales perjudicados por la asignación discrecional del Presupuesto 2023, el último aprobado por el Congreso.

En el Gobierno perciben como una amenaza que, después de ceder ante las demandas de los gobiernos provinciales, los bloques que los respaldan, como la UCR, Encuentro Federal o Innovación Federal, puedan darles un revés en el Congreso. Este temor incluye la posibilidad de que aprueben la ley que modifica el régimen de decretos de necesidad y urgencia (DNU) o rechacen el decreto que autoriza a Caputo a canjear deuda sin pasar por el Congreso ni generar beneficios claros para el país.