La visita habría sido una iniciativa de un grupo reducido de miembros del bloque. El enojo llegó hasta los aliados.
"Hay algunos diputados que tienen que prender una velita todos los días para agradecer que llegaron al Congreso", ironizó una fuente parlamentaria de La Libertad Avanza para expresar su malestar con el grupo de diputados oficialistas que fue a Ezeiza a visitar a represores condenados por delitos de lesa humanidad.
El más simbólico es el exmarino Alfredo Astiz, también conocido como "el Ángel de la Muerte". A él se lo recuerda entre otras cosas por haberse infiltrado en la Iglesia de la Santa Cruz para hacer desaparecer a un grupo de madres de víctimas de la represión ilegal en esos años y a dos monjas francesas, Alice Domon y Leonie Duquet.
Se trató de un grupo conformado por Beltrán Benedit, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra, Lourdes Arrieta, María Fernanda Araujo y Rocio Bonacci. La visita al penal de máxima seguridad de Ezeiza ocurrió el pasado 11 de julio y se conoció el martes a última hora, luego de una publicación del portal La Política On Line. MDZ pudo verificar que ese encuentro realmente existió.
Además de Astiz, los represores que recibieron a estos diputados de La Libertad Avanza fueron Raúl Guglielminetti, Carlos Suárez Mason. Antonio Pernías, Gerardo Arráez, el “Pájaro” Martínez Ruíz, Agustín Oyarzábal Navarro, Juan Manuel Cordero, Mario Marcote, Miguel Angel Britos y Adolfo Donda. Todos ellos condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
El argumento que dieron cuando el resto de los diputados del bloque se enteró de esta visita fue que se trató de una visita "a todos los presos mayores de 70 años". Lo cierto es que la gran mayoría de los presos que superaron esa edad y cumplen su condena en el penal son los que cometieron delitos de lesa humanidad y no pudieron acceder al beneficio de la prisión domiciliaria.
"Fue una visita para ver cómo pasan sus días y en qué condiciones están detenidos", confirmó a MDZ una fuente parlamentaria. Al mismo negó que desde la bancada oficialista se esté pensando en algún nuevo proyecto que garantice la impunidad de los represores.
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se enteró de esto con la noticia ya publicada. "Lo hicieron y son libres de hacerlo", deslizaron desde el entorno del riojano pero aclararon que él no está de acuerdo, ni estaba al tanto de lo que iban a hacer.
Menem no fue el único desencantado con la decisión que tomaron varios diputados del bloque. "La verdad que es una locura absoluta", sentenció un libertario de la Cámara baja. "Yo no comparto absolutamente para nada esta clase de reuniones, yo jamás me reuniría con un represor, ni un torturador, ni asesino", agregó para desmarcarse.
La jugada también generó malestar en los aliados que suelen prestarle los votos al Gobierno para aprobar los proyectos oficialistas. "Se mandan a hacer estas cosas como si tuvieran cualquier mayoría en las cámaras", señaló un diputado, que remarcó la "inexperiencia política que tienen" los legisladores de La Libertad Avanza.
Después de esto no hubo una reunión del bloque libertario, que en su mayoría aprovecha el receso invernal. Sin embargo, se espera que el tema se ponga en discusión en el próximo encuentro.