Tras el rebote de la inflación, especialistas pronostican que el comportamiento de precios volverá a cierto nivel de estabilidad. Sin embargo, reina la incertidumbre de poder sostener los logros.

El Indec dio a conocer la inflación de junio, y fue toda una sorpresa ya que estuvo por debajo de los niveles pronósticados por economistas y consultoras especializadas. En este marco, la consultora LCG dio a conocer un informe sobre la tendencia de aumentos en alimentos y bebidas durante la tercera semana de julio. Cabe destacar que este rubro es uno de los que más incidencia tiene en la cifra final del índice de Precios al Consumidor (IPC).

En el reporte se detalla que hubo una inflación de 0,6% en alimentos y bebidas. Lo que implica una aceleración marginal respecto a la semana anterior. De esta manera, la suba promedio mensual se sostiene en 3,9% y se reduce a 3,5% en la medición punta a punta de las últimas 4 semanas.

Hubo una amplia dispersión entre rubros, pero alimentos como Verduras, Lácteos y Panificados traccionaron la inflación semanal. En tanto, la distribución de variaciones de precios presentó una dispersión y tendencia central muy similar a la semana previa.

En lo que respecta a la proporción de productos con aumentos se sostuvo en 23% durante la última semana, mientras que, la de productos con bajas de precios se moderó en el margen, a 19% del total. En este sentido, cabe destacar que, hace cinco semanas que la inflación mensual de alimentos está estacionada en torno a 4% mensual.

Se registró que hubo productos con alta incidencia en la canasta de alimentos, como Lácteos, Panificados, Verduras y Carnes, con subas por encima del promedio.

Inflación de julio y el corto plazo

Más allá del leve rebote que hubo en la inflación, la gran incógnita que quedó abierta es ¿qué va a partir de ahora? ¿El Gobierno puede sostener la desaceleración inflacionaria o puede dispararse ante un intento de quitar el cepo al dólar?

En el informe de Libertad y Progreso (LyP) se analizó que en el mes de julio la inflación volverá a bajar y se ubicará en torno al 4%, teniendo en cuenta que "el Gobierno habría decidido posponer varias actualizaciones de precios regulados, lo que ayudaría a que el índice de julio se acerque a la variación del componente núcleo del IPC".

Aldo Abram, director Ejecutivo de Fundación Libertad y Progreso, explicó que "los bienes tienden rápidamente a reflejar esa mínima pérdida de poder adquisitivo que está teniendo nuestra moneda, mientras que los servicios, sobre todo los precios regulados, son los que están ahora sosteniendo la inflación alta".

Por ello, para la Fundación LyP, el IPC de junio será de más de 5%, alrededor de 5,4%. En tanto, en la medida en que la actualización de las tarifas de servicios públicos y los precios regulados se vaya completando, las tasas de inflación que se estabilizarán entre 4% y 5%.

Florencia Iragui, economista de LCG, puntualizó en los efectos de segunda vuelta y el impacto en los próximos meses, tanto de las continuas subas de electricidad y gas como del proceso de quita de subsidios hasta noviembre.

Por su parte, para Lorenzo Sigaut Gravina, la inflación también se estabilizará en torno al 4% o 5% "en la medida que el mercado cambiario esté tranquilo". Y añadió como fusible de aumento que "la inflación puede estar en torno a 4% o 5% mensual por un par de meses, pero en el momento que se quite el cepo, el tipo de cambio oficial va a subir, y probablemente, termine convergiendo la unificación más cerca del financiero que del oficial. Lo que sería un salto de hasta 40% por la brecha. Y alguna devaluación de esa medida, obviamente, por un par de meses va a acelerar la inflación a niveles de entre 8% y 10%".

María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, dijo: "Nosotros creemos que hay buenas chances de que, si el dato de junio cierra tan positivo, se genere realmente una expectativa positiva en términos de la lucha contra la inflación. Creemos que los precios están realmente dando escalones a la baja y con una idea del Gobierno de hacer ese forward looking de ajuste, se ayuda también a que no tengas mucha indexación desfasada en el tiempo".

"El Gobierno hacia adelante le pone un límite a la inflación endógena sobre futura emisión monetaria del Banco Central para pagar sus pasivos trasladando la deuda al tesoro nacional. Por su parte, la base monetaria crece 91% en el acumulado del año por encima de la variación de precios acumulada en el período. Sin embargo, el consumo masivo aún presenta retracción de dos dígitos lo cual le pone un límite a la posibilidad de aumentos", cerró Di Pace.