La legisladora nacional por Mendoza de La Libertad Avanza había ido al Congreso con un patito amarillo en la cabeza y fue duramente criticada por eso. Ahora escribió un mensaje en las redes.
La diputada nacional de La Libertad Avanza, Lourdes Arrieta fue criticada durante la semana por acudir a una sesión de comisiones en el Congreso con el famoso patito kawaii, que es un pato de plástico de color amarillo que se volvió tendencia en las últimas semanas ya que muchos jóvenes comenzaron a usarlo por encima de su cabeza. El look fue atacado en las redes sociales, pero la legisladora libertaria contraatacó.
"'No importa quién contra mí, sino quién está conmigo'. Mi protección, mi socorro y mi amparo vienen del Cielo. ¡Feliz finde!", escribió en X Lourdes Arrieta, días después del polémico look que llevó al Congreso nacional, pero ahora recurriendo a mostrar al patito amarillo en una imagen arriba del mate. La particularidad es que en esta ocasión el patito lleva una corona.
Durante la jornada del día martes, Arrieta -que hoy es dueña del sello libertario en suelo mendocino- asistió a la reunión conjunta de las comisiones de Legislación Penal y Seguridad Interior con un pato de plástico amarillo sobre su cabeza mientras se discutía la creación del Registro Nacional de Datos Genéticos para delitos sexuales.
Su asistencia al dicha comisión le valió miles de críticas durante la semana. Hasta el reconocido periodista político Jorge Lanata dijo que Arrieta "era una idiota" por acudir al Congreso así. "No era un ambiente de joda. Qué mal estamos, ¿no?", aseguró Lanata en su programa de radio durante los últimos días.
La curiosa tendencia que inició el Barrio Chino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que ha llamado la atención en las redes sociales, no demoró en hacerse viral en el último mes y se convirtió en un accesorio utilizado por cientos de argentinos en las calles. Existen diversas teorías sobre el significado detrás de este pequeño accesorio, una de las más populares es que el pato amarillo simboliza optimismo, alegría y buena suerte.
Una de las posibles influencias detrás de esta tendencia podría remontarse al año 2007, cuando el artista holandés Florentijn Hofman creó una escultura inflable de un gigantesco pato amarillo de plástico, que flotó alrededor del mundo, desde Estados Unidos hasta Nueva Zelanda y Taiwán. Esta escultura se volvió viral y, desde entonces, los patos amarillos se han convertido en un símbolo de alegría y positividad para muchas personas. También se ha especulado que la tendencia puede tener raíces en una escultura del artista mexicano Alejandro Colunga, que presenta un personaje con un pollo en la cabeza y se encuentra en la explanada del Hospicio Cabañas.