Tras la aprobación de la Ley Bases se comienzan a conocer los primeros efectos. Para el mercado inmobiliario, debutó con una baja de un impuesto que gravaba la compra de propiedades
Desde hace meses la actividad del mercado inmobiliario ingresó en una etapa de normalización. La primera señal positiva se produjo por la derogación de la polémica Ley de Alquileres, que regía desde mediados del 2020, y que provocó el derrumbe de la oferta de unidades y el aumento de los precios.
A esta medida se sumaron otros factores que impulsaron la actividad. Por ejemplo, la calma cambiaria trajo tranquilidad entre propietarios e inquilinos que comenzaron a negociar valores en un escenario más estable. Si bien la inflación sigue estando alta, la baja de los últimos meses le quita al mercado un poco del nerviosismo que había cuando la tendencia era a la suba.
Este contexto fue propicio para que los inversores vieran más atractivo el rubro de compraventa de propiedades. Un primer síntoma tiene que ver con la mejora en la rentabilidad de los alquileres.
También surgieron otros elementos que fortalecen las expectativas para consolidar una etapa de expansión de la demanda y una recuperación de los precios.
Si bien desde hace meses se registra una mejora de los valores, el pronóstico en el sector señala que esa recuperación puede acelerarse.
"Las propiedades están aumentando porque veníamos de un declive de los últimos seis años. Si hacemos la comparación con Latinoamérica, vemos que el promedio en la Argentina da menos de 1.500 dólares el metro cuadrado. En Uruguay es de alrededor de 3.200 dólares o en Chile de 2.700 dólares. Dos países vecinos. El crédito hipotecario en relación al PBI en la Argentina está en un 0,2%, mientras que en Chile está en un 27%. Esto muestra que tenemos muchísimo para crecer en valor y en crédito", explicó a MDZ el director de Relaciones Institucionales de la Cámara Inmobiliaria Argentina, Alejandro Bennazar.
El mercado recibió otra buena noticia que implicar una baja impositiva en la compra-venta de inmuebles.
A través de la publicación en el Boletín Oficial, fue eliminado el Impuesto a la Transferencia de Inmuebles, que establecía un gravamen del 1,5% para el traspaso de las propiedades.
Tras ser publicada la modificación en el Boletín Oficial, el ministro de Economía, Luis Caputo, publicó un mensaje en su cuenta social X destacando la medida: “Hoy terminamos con el ITI, un impuesto nefasto a las transferencias inmobiliarias, que estaba vigente desde el 1991.
Este cambio se produjo como consecuencia de la aprobación de la Ley de Bases, que impulsó el presidente Javier Milei, y que incluye un conjunto de medidas fiscales.
La derogación del ITI es de aplicación inmediata y está destinada para las Personas Humanas, sucesiones Indivisas y las personas que hacen operaciones inmobiliarias en forma individual rige para las adquisiciones efectuadas antes del 1/1/2018, mientras que las propiedades adquiridos antes de esa fecha no pagarán ningún impuesto al momento de ser vendidos.
El Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires emitió un comunicado donde indicó que "la Derogación del ITI es de aplicación total e inmediata".
"Con la publicación de la Ley 27.743 de “Medidas Fiscales Paliativas y Relevantes" o "paquete fiscal" en el Boletín Oficial, se derogó -con vigencia a partir de las 0 horas del día de hoy, lunes 8 de julio de 2024- la Ley 23.905, que regulaba el Impuesto a la Transferencia de Bienes Inmuebles de Personas Físicas y Sucesiones Indivisas", señala el comunicado y aclara que "no hay retroactividad del impuesto cedular para las personas humanas, dado que la reforma de finales de 2017 así lo dispuso".
Los propiedades que fueron vendidos después del 1 de enero de 2018 seguirán tributando el impuesto cedular (15% de Ganancias sobre el resultado de la venta menos el costo actualizado).
Hasta el lunes, el propietario que vendía un inmueble de unos US$ 100.000, comprada antes del inicio de 2018 y en la que no vivía, debía pagar US$ 1.500, al valor del dólar oficial en concepto de ITI.
Este recargo impositivo, que hasta ahora era trasladado al valor final de la propiedad, dejará de tener un impacto en el precio y, de alguna manera, favorecerá al comprador.
De todas formas, no todos los propietarios del país dejarán de pagar un gravamen por vender su inmueble. Esto se debe a que desde 2018, el ITI convive con otro impuesto, denominado a las Ganancias Cedulares, que grava la diferencia entre la compra y la venta, menos el costo actualizado por Índice de Precios al Consumidor (IPC) y los gastos.