Desde el Ejecutivo se exploran alternativas para destrabar la votación en el Senado. El caso UCR y el Pacto de Mayo. La legisladora clave del PRO. Karina Milei sigue adelante con la ingeniería legal de LLA: desembarca en Santa Fe
Hasta anoche, el Gobierno todavía seguía sin poder zanjar las negociaciones en torno a la Ley Bases y el paquete fiscal, y la sanción definitiva del proyecto propiciado por el Ejecutivo, que Javier Milei había previsto para la semana entrante, deberá esperar por un mayor consenso parlamentario y que lleguen a buen puerto las tratativas entre el Senado y la Casa Rosada, a contrarreloj del promocionado Pacto de Mayo en Córdoba.
Mientras en la Cámara alta el secretario de Hacienda defendía el paquete fiscal del gobierno y Milei seguía, primero desde Olivos y después desde su despacho de Casa Rosada, el paro general de la CGT, un grupo de funcionarios y colaboradores del presidente intentaba encarrilar las negociaciones que en las últimas 72 horas se volvieron a empantanar en el Senado, donde La Libertad Avanza tiene franca minoría.
Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de la decisiva secretaria General de la Presidencia, un funcionario con cada vez más vinculación con el sistema político, fatigó el teléfono de algunos operadores radicales con influencia directa sobre el bloque de senadores de la UCR. En paralelo, Santiago Caputo, el principal estratega de la Casa Rosada, hacía lo propio con otros interlocutores con incidencia directa en el Senado y, en particular, en los gobernadores. También el ministro Guillermo Francos, que recibió de manera sigilosa a Gustavo Sáenz (Salta), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Raúl Jalil (Catamarca), tres jefes provinciales con los que el gobierno tiene buena sintonía.
Karina Milei, por su parte, estuvo al frente del encuentro que aglutinó a diputados libertarios y colegas del PRO, liderados por Cristian Ritondo, que el miércoles al mediodía almorzó por primera vez con la hermana del presidente, dos reuniones que exhiben que, para el gobierno, el regreso de la Ley Bases y el paquete fiscal a la Cámara baja, tras la media sanción de la semana pasada, es casi un hecho.
No fue el cronograma que, en principio, se habían trazado desde el Ejecutivo cuando el proyecto salió de Diputados.
Para peor, entre el martes y las primeras horas del miércoles en el gobierno entendían que podían tener un apoyo en general del texto y que, en todo caso, debían negociar modificaciones en algunos capítulos que arrastran el rechazo no solo del PJ si no también del radicalismo, como el blanqueo para familiares, Ganancias y el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), uno de los más resistidos por un grupo de gobernadores.
En las últimas 24 horas, el escenario dio un giro: desde el Senado confiaron a este medio que el Ejecutivo aún ni siquiera tiene los votos para un dictamen de mayoría. Es que las comisiones de la Cámara alta abocadas a este tema tienen preponderancia de legisladores del peronismo kirchnerista y del radicalismo referenciado en Martín Lousteau, el presidente del comité nacional.
El gobierno empezó a explorar en ese sentido en las últimas horas un acercamiento con ese sector del radicalismo que cuenta con una aliada clave: la senadora Guadalupe Tagliaferri, del PRO, una legisladora que todavía conserva su referencia política en Horacio Rodríguez Larreta y que tejió en el Senado un vínculo muy sólido con Lousteau. Tagliaferri, por caso, se asesoró con el ex jefe de Gobierno porteño en la votación de marzo en la que se rechazó el DNU 70 ideado por Federico Sturzenegger, y que tuvo el voto negativo del presidente del radicalismo. Rodríguez Larreta le pidió que lo acompañe.
La sociedad ad hoc entre Tagliaferri y Lousteau, que en estas últimas 72 horas quedó bien expuesta en el Senado en la discusión en el plenario de comisiones en torno a la Ley Bases y el paquete fiscal tiene por delante un desafío político interesante: son las dos bancas de la ex coalición de Juntos por el Cambio que deben renovarse por la ciudad de Buenos Aires. Se prevé, a priori, una disputa de enorme trascendencia entre LLA, el PRO y la UCR.
Según trascendió de fuentes oficiales, la Casa Rosada se había recostado en los consejos de los gobernadores Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés, dos de los jefes provinciales de ese partido que tienen buena llegada al Ejecutivo. Los dos participaron, el martes a última hora, de la reunión con el bloque de senadores y los gobernadores radicales, con excepción de Leandro Zdero, con otros compromisos. En esa cumbre se conversó sobre las negociaciones con el gobierno, y se consensuó intentar avanzar con una posición homogénea, a pesar de que, puertas adentro, la posición de Lousteau aún es una incógnita.
El bloque de senadores de la UCR cuenta con 13 miembros. Con al menos una docena de ellos, con excepción del jefe del comité nacional, el gobierno contaba hasta el martes como posibles aliados en la previa de la votación, en general, de la Ley Bases. También con senadores del peronismo y de movimientos provinciales que no están referenciados en ningún gobernador, como en Neuquén, Entre Ríos, Santa Cruz o Corrientes. “Se está abriendo mucho el debate”, aseguró uno de esos legisladores que preveía acompañar en general al Ejecutivo pero que tenía por estas horas grandes reparos en algunos rubros en particular. En ese aspecto, el panorama es ahora incierto.
“Calcularon mal. Y hasta ahora están ofreciendo poco”, explicó a Infobae un operador del radicalismo, muy activo por estas horas. Según abundaron fuentes calificadas, sobrevoló en la mesa de negociaciones entre el gobierno y el Senado algunas concesiones vinculadas a la empresa YPF, en un rubro, el energético y petrolero, que es siempre apetecible para los gobernadores.
En la semana, circuló además la posibilidad de que algunos senadores del bloque del peronismo kirchnerista, de los 33, colabore con el gobierno. Se mencionó, por ejemplo, el caso de San Juan, aunque trascendió que el fuerte lobby minero relacionado con el capítulo RIGI mantendría ese voto en rechazo al gobierno. Circularon, por su parte, versiones de posible ausencia de algunos senadores. Son todas opciones que por ahora no terminan de verificarse por la Casa Rosada.
Anoche, fuentes de la Cámara alta anticiparon, en tanto, que de embarrarse aún más las negociaciones podría haber dos dictámenes. O la chance de que, en algunos artículos en particular, se introduzcan modificaciones con dos tercios de los votos, lo que obligaría en ese caso al oficialismo, si esos cambios vuelvan a Diputados, a insistir con la media sanción original con la misma cantidad de adhesiones.
En ese sentido, ayer también trascendió de fuentes oficiales que Milei estaría dispuesto a ceder además con la inclusión en el Pacto del 25 de Mayo e incorporar un capítulo relacionado con la educación, uno de los pedidos que había formulado especialmente el radicalismo, que advirtió esta semana con la posibilidad de machacar en el Parlamento con un proyecto vinculado con el financiamiento de las universidades, un tema que le fascina al sector de la UCR que el mes pasado fomentó la masiva marcha multitudinaria en defensa del presupuesto y la gratuidad de la universidad pública.
En este nuevo escenario, el gobierno avanza, de todos modos, con los preparativos para el Pacto de Mayo que Milei quiere celebrar en el Palacio de Justicia cordobés el 25 de mayo próximo, a pesar de que aún no se cursaron oficialmente las invitaciones. Un jefe de bloque ya sacó anticipadamente pasajes de avión para ese día. El plan original del presidente consiste aún en tener aprobada en general la Ley Bases y el paquete fiscal.
En tanto, el sábado, la secretaria General de la Presidencia desembarcará en Santa Fe junto a Martín Menem para el evento de lanzamiento “y pre afiliación” de La Libertad Avanza en ese distrito, como parte de la estrategia de la hermana del jefe de Estado de obtener la personería legal del partido para tener esa herramienta jurídica de cara a las elecciones del año próximo. Karina Milei estará acompañada por Romina Diez, la referente local que hasta hace algún tiempo había repartido su tiempo político entre la Fundación Libertad y el PRO. Diez trabó un vínculo estrechísimo con la secretaria General, que solo acepta dirigentes leales. Es tan cercana la relación que, en viajes a esa provincia, la funcionaria solía hospedarse en casa de Diez.