El país había suspendido en 2021 su participación en el reclamo ante la Corte Penal Internacional contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Argentina retomó oficialmente este viernes su participación en la denuncia por presuntos delitos de lesa humanidad que varios países entablaron en 2018 contra el Estado de Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro.

"En el día de la fecha, la República Argentina comunicó a la Corte Penal Internacional su decisión de reincorporarse a la remisión efectuada en 2018 sobre la situación en la República Bolivariana de Venezuela, de la que se había retirado en 2021", anunció el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado de prensa.

Desde el Palacio San Martín sostuvieron que esta determinación es congruente con las acciones y declaraciones que el Gobierno argentino encaró desde el 10 de diciembre de 2023, cuando asumió el presidente Javier Milei y nombró a Diana Mondino al frente de la Cancillería.

La motivación, explicaron, es el "deterioro de la situación política y de derechos humanos en Venezuela".

"La República Argentina continuará bregando por el restablecimiento del estado de derecho y la defensa de los principios de la libertad y la democracia en ese país", manifestaron desde la Cancillería argentina.

La resolución adoptada por el Ministerio que conduce Diana Mondino se produjo en medio de la creciente tensión entre el Gobierno nacional y Venezuela luego de que Nicolás Maduro llamara "malparido" a Javier Milei y lo responsabilizara de querer "boicotear" los comicios en ese país.

Por eso el vocero presidencial Manuel Adorni sostuvo en su conferencia de prensa de este viernes en Casa Rosada que Maduro "es un personaje que siempre ha sido un dictador y sus palabras no ameritan un análisis".

"Lo que pueda decir Maduro, un dictador, un imbécil como Maduro no dejan de ser palabras de un dictador... Nos preocupa por el pueblo venezolano, que no haya democracia en Venezuela, en virtud de lo que pueda ocurrir en las próximas elecciones", disparó Adorni con el estilo que el Gobierno nacional mantiene en cuestiones de diplomacia desde el inicio de su gestión.