El objeto interestelar mantiene en vilo a la comunidad científica y su análisis está generando algunas sorpresas y discusiones.
El cometa interestelar 3I/Atlas es un objeto que ha desconcertado a la comunidad científica desde su descubrimiento el 1 de julio de 2025. Grupos de investigación han revelado datos sorprendentes sobre este enigmático visitante, reforzando su misterio y la importancia de su estudio para la comprensión del cosmos.
En este contexto, llegó un dato sorprendente sobre el objeto espacial: según un estudio dirigido por el equipo de Matthew Hopkins en la Universidad de Oxford , 3I/Atlas tiene una edad estimada de entre 7.600 millones y 14.000 millones de años, lo que implica que es al menos el doble de antiguo que nuestro sistema solar, que tiene unos 4.600 millones de años.
Su edad tan avanzada convierte a 3I/Atlas en el cometa más antiguo jamás observado.
El tamaño y sus características
Las observaciones con telescopios avanzados, incluyendo el Telescopio Espacial Hubble, han establecido que el núcleo del 3I/Atlas mide entre 0,32 y 5,6 kilómetros de diámetro. Esta gran incertidumbre se debe a que el núcleo está rodeado por una coma de polvo reflectante que hace que el objeto parezca más grande y brillante de lo que es en realidad.
Sus niveles de actividad son bajos en comparación con otros cometas interestelares como 2I/Borisov, lo que sugiere un núcleo más pequeño, quizás menor a un kilómetro de diámetro. Sin embargo, la sobreestimación inicial llegó a calcular tamaños de hasta 24 kilómetros, aunque tales mediciones se consideran poco probables.
De qué está hecho 3I/Atlas
El cometa 3I/Atlas presenta un espectro rojizo similar a asteroides tipo D y cometas del sistema solar que contienen compuestos orgánicos complejos expuestos a radiación cósmica. Sus observaciones espectroscópicas en luz visible, ultravioleta e infrarroja indican la presencia de agua sólida en forma de granos de hielo, vapor de agua e iones de hidróxido (OH). Además, se detectó un atípico exceso en la desgasificación dominada por dióxido de carbono (CO), una característica rara que plantea hipótesis interesantes sobre su origen y evolución.
Estos indicios sugieren que 3I/Atlas se originó en una zona de la galaxia con baja metalicidad, probablemente el disco grueso de la Vía Láctea, poblado por estrellas viejas con composiciones químicas distintas a las del Sol.