La tuberculosis es una enfermedad que se relaciona con el pasado, aunque cada vez está más presente en la Argentina.

Ya pasó el invierno y el inicio de la primavera, donde es común escuchar la tos en el trabajo, el transporte público y la calle, pero ese molesto ruido, aunque inevitable, sigue presente. Uno de los motivos es que sigue vigente una enfermedad que muchas veces se piensa erradicada, pero sigue presente y, desde la pandemia, ha tenido cierto crecimiento por el abandono de su tratamiento: la tuberculosis.

Según el último informe del Ministerio de Salud de la Nación (2023), en la Argentina existen 14.914 infectados por esta enfermedad que, a pesar de su temible nombre, es tratable y curable si se la aborda a tiempo. Según este informe, 32 de cada 100 mil habitantes del país sufren de tuberculosis, habiéndose registrado un aumento del 11% de informes entre 2022 y 2023.

La doctora Ana Putruele (MN: 559.66), jefa de División Neumonología del Hospital de Clínicas, dialogó con MDZ y explicó que la tuberculosis "es una enfermedad infectocontagiosa que data de mucho tiempo atrás". En cuanto a la prevención, señaló que "son las más básicas con las que se puede contar y, en primer lugar, es importante no estar cerca de personas contagiadas".

Claro que esto requiere de una consulta cuando se detectan síntomas, a partir de lo cual es importante "controlar a las personas con las que se convive o son contacto de personas que tienen o tuvieron". Además, durante su tratamiento es fundamental "cumplir con la medicación, acompañar al enfermo para cumpla con el tratamiento y el uso de barbijo".

Aunque siempre estuvo presente la tuberculosis, Putruele indicó que "ahora hay un crecimiento en los casos porque la gente abandona los tratamientos, que duran entre seis o nueve meses, dependiendo la gravedad". Por otro lado, señaló también que "la migración de países con mayores índices de tuberculosis, el aumento de la indigencia y los problemas alimenticios" inciden en este paulatino aumento de casos.

En el caso de convivir con alguien infectado, destacó que es importante la "buena ventilación, alimentación, ambientes aireados" ya que "bajan la probabilidad de la infección". Esto, igualmente, no quita que se le deba brindar seguimiento médico y que el paciente siga al pie de la letra el tratamiento, ya que es probable una recaída.

Para el control general de la población, la vacuna Bacillus Calmette-Guérin (BCG) es fundamental, ya que previene la infección con una gran efectividad. Putruele, señaló también que "el tratamiento es gratuito en la Argentina y, si uno lo cumple, se cura en más del 90% de los casos, aunque hay que estar atentos a infecciones extrapulmonares".

Los más expuestos a esta infección, según indicó la doctora, son "el personal penitenciario, presos, trabajadores de salud, con comorbilidades, migrantes y refugiados".