El particular hallazgo se hizo en el marco de las auditorías del Gobierno para reducir costos en el Estado y subastar inmuebles.
El Gobierno avanzó en una serie de cambios estratégicos en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con el objetivo de optimizar el uso de recursos y modernizar su estructura. Como parte de estas medidas, se realizó una auditoría en la sede central ubicada en el barrio porteño de Palermo, donde se descubrió que un empleado vivía en una casilla improvisada en la terraza del edificio.
El hombre, encargado del mantenimiento del inmueble, habitaba en un espacio en condiciones precarias con paredes descascaradas, vidrios rotos y escasos electrodomésticos. Se encontró un antiguo televisor, además de mesas, sillas y estantes en malas condiciones. La persona también acumulaba varias cajas y algunos colchones.
Tras la inspección, las autoridades intimaron al empleado a jubilarse, y se confirmó que el edificio será subastado el 23 de diciembre. Las oficinas del INTA serán trasladadas a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Otro de los puntos clave en la reestructuración es un relevamiento que el organismo inició sobre sus 70.000 hectáreas de terrenos. Este trabajo, que se extenderá hasta febrero de 2025, busca identificar propiedades subutilizadas para su venta o reasignación.
Según el cronograma oficial, las medidas comenzarán a implementarse entre enero y abril de 2024, como parte de un plan integral de optimización de recursos.
El Gobierno también impulsa una reforma para que el sector privado financie parte de los proyectos de investigación del INTA. Actualmente, el organismo cuenta con 1.500 investigaciones activas, pero enfrenta dificultades en la recopilación de información sobre su avance y objetivos. La meta es que el sector privado aporte el 20% del presupuesto en 2025, incrementando su participación al 30% en 2027.