Sostienen que no se trata de un gasto sino de una inversión para un refugio de inclusión y transformación. – Diario de Catamarca
El colectivo de Egresados en Historia de la Universidad Nacional de Catamarca, reunidos en asamblea soberana, emitieron un comunicado en defensa de la educación pública.
“Nos inspira el enfoque crítico del pedagogo Paulo Freire, quien afirmó que " La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo". En un momento en que las políticas de vaciamiento presupuestario amenazan con relegar la educación a un segundo plano, debemos recordar la importancia crucial de nuestra labor como educadores en el escenario del saber, donde el docente danza, con palabras que pintan mundos en el aire, guiando mentes hacia la luz, con esperanza, cual artista observa almas con primor sin par. Forjando mentes como escultor talla la piedra, cincelando percepciones con destreza y ético ánimo, despertando conciencias sobre la realidad de su pueblo”, expresaron.
Al tiempo que expresaron “ El docente es el alquimista de la conciencia, transformando la ignorancia en luz, y desafiando la sombra del conformismo. Un docente es más que maestro, es guía, acompañante en el viaje del aprendizaje, catalizador de sueños y trovador de palabras donde germinan convicciones sólidas de integridad y consciencia.
Nuestra amada Universidad Nacional de Catamarca no puede limitarse a ser simplemente una institución académica. Debe ser un verdadero refugio de inclusión y transformación, donde las diferencias que impone el sistema se conviertan en oportunidades para aprender y crecer colectivamente”.
Asimismo, instaron a las autoridades y a la sociedad en su conjunto a invertir en educación y sostuvieron que “no es un gasto, es una inversión en el futuro de nuestro pueblo. Ni la educación es una mercancía, ni los actores protagónicos son meros recursos humanos con valor de uso y de cambio. Así observamos con aguda preocupación cómo se desmantelan instituciones y programas claves como el CONICET, el Instituto de Formación Docente, se recortan recursos vitales destinados a programas esenciales como la Educación Sexual Integral, el Plan ENIA y la alimentación escolar. De la misma manera se pone en tapujo la cuestión del adoctrinamiento con el objeto de construir meros discursos hegemónicos, segregando las voces disonantes. Esta tendencia socava no sólo la calidad de la enseñanza, sino también la dignidad y el potencial de nuestros estudiantes”.