La familia del principal socio y amigo de Quino tiene los derechos de Mafalda, Juan José Campanella no negoció con ellos para su nueva serie y los herederos del humorista esperan la sucesión.
Por más que a Mafalda no le guste, la guerra llegó también a la tira cómica que nos recordó, durante la Guerra Fría, que el mundo estaba enfermo y que tengamos cuidado porque había "irresponsables trabajando". Ya en 1981 hubo una película de la más icónica caricatura argentina, que produjeron de forma conjunta los amigos Quino y Mallo, pero ahora sus herederos se disputan la propiedad de los derechos mientras Juan José Campanella avanza en un proyecto junto a Netflix para una nueva serie.
En las últimas semanas fue noticia mundial que Mafalda llegaría a Netflix bajo la dirección de Juan José Campanella para la sección "Hecho en Argentina". Mientras tanto, los herederos del humorista mendocino Joaquín Salvador "Quino" Lavado Tejón y del productor Daniel Mallo se disputan quien tiene la propiedad total de los derechos, con una disputa legal que lleva años y que podría frustrar el proyecto de Campanella.
Federico Mallo, hijo de Daniel, habló con MDZ de la amistad que tenían su padre y Quino, quienes acordaron la transferencia de derechos mediante un simple contrato que la familia Mallo puso a disposición de la Justicia para la sucesión, algo que nunca ocurrió desde el otro lado: "Cuando muere Quino, yo me comunico con su albacea testamentaria (custodio del legado) que es a quien le había cedido los derechos. Esta mujer fue muy cuidadosa en no otorgar derechos que no tenía. Yo me comuniqué con la intención de informarle que queríamos reeditar la película, pero nunca me respondió".
"Esta mujer se muere el año pasado y comienza el juicio de sucesión de los derechos de Quino, que son básicamente sus sobrinos. La cuestión es que me comunico con el abogado de la sucesión y este señor me pide los contratos originales que firmaron mi padre y Quino, y yo se los envío", relató Federico Mallo. Al tiempo, recibió una respuesta de uno de los sobrinos y herederos de Quino, ya que el creador de Mafalda no tuvo hijos: "Al poco tiempo me escribe uno de los herederos, Diego Lavado, que, de muy mala manera, desconoció el contrato y luego se contradice diciendo que mi padre lee había devuelto los derechos a Quino, cosa que él demuestra con un párrafo sumamente legalista".
Lo preciso y legalista de ese párrafo, nunca presentó un contrato completo, es lo que llamó la atención a Mallo, ya que su familia no contaba con una copia de ese supuesto contrato de transferencia de derechos y que tenía demasiada carga legal para ser un tipo de contratos que entre ellos, amigos, solían realizar. "Le dije a ellos que me parece una tontería que haya dos películas de Mafalda", sentenció Mallo y agregó que su "idea también incluía un parque temático de humoristas argentinos, que si era posible estaría en Mendoza. Nunca me contestaron y nosotros seguiremos adelante con nuestro proyecto de reeditar la película".