Desde que el libertario asumió, renunciaron más de 30 funcionarios. Las áreas sociales, de producción y de vinculación con las provincias son las más afectadas. Cómo impacta.
“No hay quien atienda un reclamo, así sea un tema de vida o muerte”, explica el hombre; un exfuncionario de primera línea adherente a las “ideas de la libertad”, pero alertado por la realidad. El protagonista lo describe como “abandono de gestión”; un estadio político nuevo. “No es impericia solamente, sino desinterés”, explica. Ocurre en áreas como ANSES, PAMI, lo que era Desarrollo Social y Educación. Todas áreas sensibles y que necesitan una capilaridad enorme en las provincias, los municipios, los barrios y las familias.
El Gobierno nacional marginó el abordaje de todas las áreas que tienen que ver con la capilaridad social y federal de las políticas públicas. Para verlo hay un dato relevante: la fuga, renuncia y expulsión de funcionarios relacionados con esos temas sensibles. El Gobierno de Javier Milei tiene un récord de funcionarios que dejaron el cargo. Son más de 30, de distinta jerarquía, y las áreas sociales, de comunicación y relacionadas con las obras son las más afectadas. La forma de gestionar sorprende a los propios y la imprevisibilidad inquieta. Es que el presidente se maneja con un círculo pequeño de confianza, para el que sobran dedos de la mano a la hora de contar. Karina y Santiago Caputo son la guardia de hierro. En el círculo siguiente está Nicolás Pose, exjefe de Milei en Corporación América. Luego aparecen algunas autoridades legislativas, pero a años luz de distancia.