La inflación de marzo fue del 3,7% y consultoras alertan sobre el impacto de la fase 3 del plan económico oficial sobre la canasta básica. En el medio, comerciantes se plantan frente a los incrementos.

El anuncio del inicio de la fase 3 del plan económico del Gobierno de Javier Milei y la salida del cepo cambiario tuvo un efecto expansivo en varios sentidos. Uno de los rubros que más le preocupaba a la gestión libertaria era el de alimentos, que en los últimos meses afrontó aumentos significativos e impulsó la suba de la inflación. 

Junto con la entrada en vigencia del tipo de cambio de flotación entre bandas empezaron a llegar a los grandes comercios los listados de precios de los productos con incrementos especulativos. La noticia, en ese momento, fue el rechazo de los dueños de grandes cadenas de la actualización de las nóminas de valores sobre la canasta básica. 

La guerra entre supermercados y empresas alimenticias quedó sellada con un comunicado que emitió la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) el miércoles por la tarde. "Ante los hechos de público conocimiento, queremos comunicarle a la sociedad nuestro firme propósito de no aceptar listas de precios de nuestros proveedores que contengan aumentos desmedidos y/o especulativos", expresaron los comerciantes en el texto.

Además de asegurar que no tomaran los alimentos de aquellas compañías que incrementen sin razón los valores, agregaron: "Reiteramos que nuestro objetivo es hacer llegar al público productos de la máxima calidad y al mejor precio. Nuestros mayores esfuerzos están orientados a obtener ese objetivo".