La decisión de la petrolera estatal de focalizarse en Vaca Muerta, implica que dejará de lado 55 áreas maduras en todo el país. Un informe explicó qué puede pasar y alerta sobre las consecuencias.

La petrolera de bandera YPF confirmó a principio de mes que realizará una suerte de reconversión para apostar todo al petróleo no convencional de Vaca Muerta. Con un boom en esa zona desde hace varios años, lo cierto es que según los especialistas todavía se está lejos del potencial. Por este motivo, tanto la estatal como otras compañías grandes pelean por incrementar sus operaciones en esa parte de Neuquén y hasta se explora qué hay en la parte mendocina de Vaca Muerta en Malargüe.

En este marco, YPF anunció que se desprenderá de 55 áreas a nivel nacional que producen petróleo y gas convencional en campos maduros. De ellas, 16 se encuentran en Mendoza y esa desinversión podría derivar en distintos escenarios que llevan bastante tiempo. Entre el más favorable se encuentra que otras compañías se hagan cargo de estas áreas que todavía tienen petróleo para ofrecer, pero ya no son interesantes para empresas como YPF. 

Todavía YPF no formaliza el proceso licitatorio ni las distintas acciones que tomará con las áreas en juego. En este marco, existe zozobra entre los trabajadores de las muchas firmas que trabajan para YPF o son una suerte de subsidiarias debido a que temen quedarse sin empleo durante este traspaso. El Centro de Economía y Política Argentina (CEPA), un centro de estudios ligado al kirchnerismo, estimó que entre empleo directo e indirecto se puede estimar que la decisión de YPF pone en riesgo a más de 10 mil trabajadores y una importante cantidad de pymes.

De hecho, en otras provincias, ya se han comenzado a adelantar licencias debido a la incertidumbre y al freno lógico hasta que el cambio se efectivice. Aunque la mayoría espera un proceso ejecutivo y rápido, lo cierto es que tampoco puede hacerse en dos días debido a la magnitud de las inversiones. De este modo, el proceso podría durar entre dos y tres meses luego de su inicio.

En este marco, el informe del CEPA, una entidad ideológicamente asociada con el peronismo, advirtió sobre los impactos de esta jugada de YPF. En este marco, desde CEPA se explicó que el proceso de inversión en Vaca Muerta se comporta en espejo como una desinversión en el resto de los yacimientos maduros. “En este sentido, la estrategia de YPF es riesgosa para las provincias de las cuales se va a retirar. El modelo 4X4 YPF se podría resumir en la siguiente lógica: Achicar la producción marginal para agrandar la potencial”, definió el informe.

En Mendoza, las áreas que se ofrecerían serían las siguientes: El Portón, Barrancas, Cerro Fortunoso, El Manzano, La Brea (ya revertida), Llancanelo, Llancanelo R, Puntilla del Huincán, Río Tunuyán, Valle del Río Grande, Vizcacheras, Cañadón Amarillo, Altiplanicie del Payún, Chihuido de la Sierra Negra, Puesto Hernández y La Ventana.