El oficialismo llega a una semana de híper actividad en una situación de debilidad que deberá reparar para que no se le vaya de las manos el Congreso.

El Gobierno encara una de las semanas más vertiginosas en el Congreso desde que empezó la gestión de Javier Milei. Hay tres pedidos de sesiones especiales para tratar una catarata de temas que pueden poner en aprietos al oficialismo. Esto se dará, además, en un contexto de altísimo voltaje político ya que quedaron pendiente los temas de la sesión fallida del miércoles pasado.

Los tres pedidos de sesión especial que ingresaron al despacho de la Presidencia son: por el DNU 656/2024 que aumentó le giró 100 mil millones de pesos para la SIDE, pedido por el bloque Encuentro Federal y una parte de la UCR; por la declaración de la educación esencial, Creación del Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos sexuales, cambios en la tenencia de armas y una serie de proyectos diplomáticos para el miércoles a las 11, pedida por La Libertad Avanza y el PRO; y por el financiamiento universitario para el miércoles o "al término de la sesión anterior".

A esto se suma que la oposición no sólo tiene consolidada una mayoría en el Senado para sancionar una nueva ley de movilidad jubilatoria que implica un aumento del 20% en los haberes de los jubilados y una garantía del haber mínimo de 1,09% la canasta básica, también está muy cerca de llegar a los 42 votos afirmativos. Esto implica el apoyo de los dos tercios de la Cámara alta, es decir que podrían dejar sin validez un eventual veto del presidente Milei, en caso de que efectivamente se sancione esta ley.

La Libertad Avanza llega a esta maratónica semana parlamentaria en un clima de absoluta debilidad que se agrava por la minoría de representación que tienen en la Cámara de Diputados. La relación de Martín Menem con Miguel Pichetto quedó lejos de recuperarse. Después del faltazo del miércoles que dejó sin quórum a la sesión en la que el oficialismo quería anotarse un logro político, no volvieron a hablar. El exsenador sí se comunicó con su viejo compañero Guillermo Francos y le dejó en claro por qué no acompañaron.

"Menem se cansa de hablar a cada uno del bloque, bajando el precio a sus autoridades políticas e incumple acuerdos", explicaron desde el entorno de Pichetto a MDZ. El malestar entre el exsenador y el riojano viene desde enero de este año cuando Menem no pudo controlar la primera sesión por la Ley Bases, que derivó en la vuelta a las comisiones. Desde ahí, Pichetto intentó acercar posiciones para definir lugares estratégicos en la Cámara baja y no encontró en Menem alguien receptivo para negociar.

Desde el otro lado, como suele ocurrir, hacen una narración distinta de los hechos. Aseguran que Pichetto quedó molesto porque no le dieron los lugares que pedía para su espacio y que no entiende que él no tiene la representación de la Cámara para hacer lo que quiera, con su bloque de 16 diputados.

La vendetta de esto se vio el jueves en la comisión bicameral de Trámite Legislativo, donde Nicolás Massot (Encuentro Federal) pidió junto con el kirchnerismo que se tratara el DNU que habilitó fondos reservados para la SIDE. Pero el radicalismo se alineó con el PRO y LLA y logró demorarlo. Sin embargo, otra parte del radicalismo junto con el bloque de Pichetto pidió una sesión especial para eliminarlo directamente en el recinto.

A esta sesión también se sumará Unión por la Patria con sus 99 diputados y se da por descontado, no sólo que tendrá quórum si no que se dejará sin efecto. Algo que Diputados, a diferencia del Senado, no logró con el DNU 70/23 que avanzó con más de 300 derogaciones y desregulaciones.

Pero el radicalismo también se reveló y después de postergarlo en varias ocasiones decidió ir adelante con el proyecto de financiamiento de las universidades. Este tema iba a ser tratado a principios de julio de este año, incluso pidieron una sesión especial y de forma irregular después pidieron bajarla. El Gobierno se demora con el pago de las cuotas que habían arreglado con los rectores y los gremios universitarios empiezan a meter presión por la falta de aumento a los trabajadores.

Sobre este proyecto, hay distintos dictámenes y todavía hace falta acordar un texto unificado para ser aprobado. "Va a requerir diálogo para alcanzar una mayoría, además que hay una crisis profunda por lo salarial que tendrá que ser abordada", adelantaron desde la UCR.