El Gobierno de Javier Milei quiere quitar el cepo cambiario a mitad de año, y para ello, necesita hacerse de dólares. La reunión con el Fondo es clave.
El ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, viajará mañana a Estados Unidos para participar del encuentro anual de ministros de finanzas y banqueros centrales, que se realizará en Washington. Para el titular del Palacio de Hacienda se trata de una gira clave, ya que buscará acercar posiciones con el FMI en vistas a un nuevo acuerdo que permita un mayor desembolso de dólares en los próximos meses.
Para ello, lleva tres cartas de negociación, con las cuales intentará torcer la decisión del organismo internacional y conseguir fondos frescos para salir del cepo. Los argumentos que Caputo presentará en las próximas horas ante el FMI son: un mayor recorte del gasto público, una desaceleración de la inflación y el avance del saneamiento del Banco Central.
La motosierra de Milei
Entre los datos más relevantes se encuentra el recorte del gasto público, que según algunas proyecciones habría alcanzado al 40% durante el mes de marzo. Un estudio de la consultora Analytica señaló que el mes pasado “el gasto primario real devengado tuvo una caída mensual del 9,7% sin estacionalidad, y del 41,3% interanual”.
“Considerando el primer trimestre, la contracción en términos reales fue del 36,5%, comparando con igual período del año pasado.
Analytica señaló que “entre las partidas devengadas con mayores ajustes reales respecto a marzo 2023 figuran la obra pública (-89,9%), los subsidios económicos (-67,6%), y las transferencias corrientes a provincias (-69,7%)”.
En esa línea sostuvo que “en marzo, los subsidios destinados a la energía disminuyeron un 75,1% interanual real, y en el primer trimestre la caída acumulada es del 66,9%”.
En cuanto a los subsidios al transporte, en marzo se registró una caída del 30,2% interanual en términos reales, mientras que en el primer trimestre lo hizo en un 37,4% con relación al mismo período de 2023.
Con un perfil similar, la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) registró que “los Gastos Totales devengados de la Administración Nacional se contrajeron un 42,9% ajustado por inflación en términos interanuales”, explicaron en su último informe.
“Todas las partidas del gasto experimentaron disminuciones significativas, destacándose las retracciones en el gasto de capital (-84,3%), y también en las prestaciones de la seguridad social (-38,7%) y en las transferencias corrientes (-38,4%), que entre ambos conceptos concentran el 80% del gasto”, señaló.
El FMI puntualizó en sus últimas declaraciones que el Gobierno debe mejorar “la calidad” del ajuste fiscal, evitando que recaiga sobre los sectores más vulnerables. El organismo pone la lupa en la licuación de las jubilaciones y las prestaciones sociales.
Otro punto importante es la deuda flotante (que se devengó, pero no se pagó) y que sería una de las causas fundamentales del saldo positivo de las cuentas fiscales. En el primer bimestre, alcanzaría a $1,6 billones.