El salario no aumentó a la misma velocidad que los productos y, a pesar de las desaceleración de la inflación, la plata no alcanza.
Los primeros seis meses de 2024 tuvieron el foco, principalmente, en los aumentos constantes en todo tipo de sectores, lo que llevó a una fuerte caída del salario y del consumo, lo que en parte colaboró con la desaceleración de la inflación. En la canasta semestral de MDZ, que incluye productos básicos que pueden conseguirse en cualquier supermercado, se registró un aumento promedio cercano al 60%.
Este incremento promedio se debe a que, aunque la mayoría de los productos duplicaron su precio en lo que va del año, hubo algunos que se inclinaron a la baja, haciendo que el promedio general de los tres rubros que abarca este ejercicio sea menor. Discriminado entre esos tres, los productos de almacén y lácteos presentaron un incremento del 77,25%, mientras que en los de verdulería y carnicería fue del 85,96% y los de higiene bajaron un 8,61%.
En lo que refiere a los alimentos de carnicería y verdulería, hay dos puntos a tener en cuenta que terminaron afectando directamente al promedio general. En primer lugar un fuerte aumento de la carne en los primeros meses del semestre, que luego presentó una tendencia a la estabilidad, mientras que algunas verduras tuvieron un fuerte aumento en los últimos meses, producto de las heladas que azotaron al país en la zona de mayor producción.
Los productos de almacén y lácteos, por su parte, sufrieron un aumento cercano al 80% con un fuerte arrastre de los incrementos en la leche y derivados y de la harina de trigo. Además, el café, que cuenta con un 100% de la materia prima importada, aumentó de la mano del dólar, lo que hizo que llegue a precios muy altos entre los primeros meses y las últimas semanas.
En cuanto a los productos de higiene, la respuesta fue contraria, con una caída en el consumo que generó una fuerte desaceleración en algunos productos. Igualmente, en la comparación de los precios al iniciar el año y llegado el meridiano del calendario, hubo un fuerte crecimiento en el precio de las esponjas (188,37%) y del detergente (42,74%), mientras que cayó fuertemente el precio del jabón blanco (-47,21%).
Estos fuertes aumentos, que en general de la canasta son del 57,98%, son un fuerte golpe al poder adquisitivo, ya que los salarios no tuvieron la misma actualización porcentual. El salario mínimo, que sirve de vara para medir el resto de los sueldos que se pagan en el país, pasó de $156.000 a $202.800 a partir de marzo, lo que significó un incremento del 30%, para luego pegar otro salto del 15,54%. Así, en los últimos seis meses, este ítem creció un 50,2%, casi ocho puntos porcentuales menos.