Mientras sus diputados visitan a genocidas condenados en la cárcel y su gobierno está plagado de negacionistas, el Presidente intenta erigirse en defensor de la democracia.

Tras respaldar el violento levantamiento bolsonarista que intentó evitar la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente Javier Milei busca ahora mejorar su imagen internacional y erigirse en una suerte de defensor de la democracia.

Mientras sus diputados visitan a genocidas condenados en la cárcel al mismo tiempo que su gobierno busca un mecanismo para frenar los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, Milei analiza por estas hora convocar a una cumbre internacional en Buenos Aires contra el fraude en Venezuela.

La idea es convocar a los países que firmaron la malograda resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que condenaba el ya a todas luces flagrante fraude en que incurrió el gobierno de Maduro que sigue sin mostrar las actas electorales mientras desata una feroz represión contra las manifestaciones opositoras.

A cinco días de las elecciones en Venezuela, siguen las acusaciones cruzadas entre oficialismo y oposición. Este viernes la Cámara Nacional Electoral del país ratificó que Maduro habría sido reelegido con el 51,95% de los votos, frente al 43,18% del candidato de la oposición mayoritaria, Edmundo González Urrutia, con el 96,87% de las actas escrutadas.

A pesar de estos resultados, la oposición sigue sosteniendo que González Urrutia fue el ganador con 67% de los votos y asegura que tiene copias del 81,7% de las actas, exhibidas en la web resultadosconvzla.com. Además, ya cuenta con el reconocimiento como presidente legítimo electo de Estados Unidos, Uruguay y Perú. Argentina, sin embargo, amagó con hacerlo, pero después se desdijo en un nuevo papelón de la canciller Diana Mondino.

La iniciativa impulsada por Milei tiene, además, un carácter geopolítico. “Javier se quiere posicionar lógicamente como el líder de defensa de la democracia ante el mundo libre. Lula ya eligió de qué lado de la historia quiere pararse”, aseguraron fuentes de la Casa Rosada a Infobae.