La administración de Javier Milei intensifica sus esfuerzos para reducir el tamaño del Estado, comenzando con una nueva serie de despidos programados para junio.
Esta acción forma parte de un plan a largo plazo que busca eliminar gradualmente la totalidad de los empleados contratados por el Gobierno nacional. Estos despidos afectarán principalmente a los contratos que fueron prorrogados por tres meses en marzo.
Fuentes cercanas al Gobierno indicaron que se prevé una reducción significativa en la cantidad de contratados, que actualmente ascienden a aproximadamente 70.000 trabajadores. En los meses anteriores, el Ejecutivo ya había dado de baja a 22.000 contratos, y las proyecciones sugieren que la cifra de junio podría superar estas cifras.
El proceso de evaluación para determinar los despidos incluye informes detallados de cada ministerio y organismo descentralizado, con un enfoque particular en aquellos empleados cuyas situaciones laborales presentan irregularidades. Este análisis está siendo supervisado por los altos cargos de cada sector, incluidos ministros y directores de empresas estatales.
La reducción de personal ha generado tensiones con la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que ha respondido con medidas de fuerza y amenazas de ocupar ministerios. Estas acciones sindicales se han intensificado especialmente tras los recientes anuncios de recortes y la disminución de las horas extras permitidas a los empleados públicos.
La responsabilidad podría recaer sobre el nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos, o en Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central, que está previsto que se sume al Gobierno en breve.