Según informó la Ciudad, la pobreza en el tercer trimestre de 2024 alcanzó al 28,1% de los porteños. Pero para el Indec, los "microdatos" de la Encuesta Permanente de Hogares, sólo el 15,3% de los porteños es pobre.

Se trata de un controversia estadística que surge a partir de una divergencia metodológica entre las formas de medir la pobreza del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y el Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Idecba). Pero no se trata sin embargo de una controversia menor. Según se tenga en cuenta los resultados de una u otra medición, el impacto de la pobreza en la Ciudad puede casi duplicarse o bien reducirse casi a la mitad.

Así lo dejó en evidencia este lunes el economista y periodista Ismael Bermúdez en Clarín quien advirtió que "para la Ciudad, hay un 90% más de pobres que para el Indec.

Según el Idecba en el tercer trimestre 2024 la pobreza en la Ciudad alcanzó al 28,1% de los porteños (868 mil personas) mientras que los "microdatos" procesados por el Indec señalan que afectaba al 15,3% de los vecinos (460 mil personas). En indigencia, en tanto, para la Ciudad alcanzaba al 11% de los porteños (341 mil) pero apenas al 2,1% para el Indec (64 mil). En este caso, cinco veces más.

El Indec difunde los datos de pobreza e indigencia cada seis meses pero da a conocer los "microdatos" de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en forma trimestral, lo que permite a los especialistas calcular esos indicadores sociales.

Semejante divergencia entre un cálculo y el otro no permiten realizar un diagnóstico fiable de la situación.

Esta fuerte diferencia entre ambas mediciones se debe a las distintas metodologías utilizadas y a la forma en que se relevan los datos de ambas mediciones.

Por ejemplo, el mayor peso que tienen los barrios más populares y las llamadas ex villas, en especial en las comunas de la zona Sur en la Ciudad en la recopilación de las cifras de ingresos y condiciones de vida que realiza la Ciudad frente al Indec cuya representación de este sector en el total es menor.

La muestra de la encuesta de Ciudad es de 3 mil hogares con una tasa de respuesta del 70% y en la muestra hay más representatividad de los barrios populares (como villas) que corresponden al crecimiento de la población vulnerable. La EPH del Indec tiene por el contrario una muestra menor, alrededor de 2.000 hogares y una tasa de respuesta menor.

Otro punto clave, recalca Bermúdez, es si se considera o no en el valor de la canasta que determina la pobreza lo que pagan por el alquiler las familias que no son propietarias de sus viviendas.

En el caso del alquiler, el Indec considera el promedio entre lo que pagan los inquilinos y los propietarios, que no abonan nada. La Dirección porteña, en cambio, calcula el valor de la canasta sin el alquiler y para los hogares no propietarios, le adiciona el alquiler. De ahí resultan valores muy diferentes en la canasta de pobreza que, al compararlos con los ingresos de la población, lleva a fuertes diferencias entre las dos mediciones oficiales.

Comparando con el anterior, el Censo 2022 muestra que el acceso a la vivienda en la Ciudad de Buenos tiene una tendencia regresiva. En los últimos 10 años, la proporción de viviendas propias se redujo un 8%. Y las villas que más crecieron en superficie y población son las del Sur de la Ciudad de Buenos Aires.

También influye en la diferencia las distintas mediciones de inflación, más actualizadas en Ciudad ya que pondera con mayor precisión el impacto de las subas de los servicios, los que con mayor dureza siguen golpeando a los trabajadores y subvaloradas en la medición del Indec a pesar de las advertencias del titular de dicho organismo, Marco Lavagna.