Catalina mencionó la posible existencia de la criatura mítica acusada de secuestrar niños en zonas rurales Corrientes. También habló sobre su relación con María Verónica Caillava y no descartó que se trate de una posible venganza.

Catalina, abuela paterna de Loan Danilo Peña, el nene desaparecido en Corrientes, dio su versión sobre los hechos ocurridos en aquel último almuerzo familiar, habló sobre su relación con María Verónica Caillava y no descartó que la desaparición se trate de una posible venganza contra la madre del menor.

La mujer, de 86 años recién cumplidos, brindó una entrevista televisiva desde su casa en el paraje El Algarrobal, donde el jueves 13 de junio Loan Danilo Peña llegó junto a su padre para almorzar. Durante la charla, expuso sus sospechas y hasta apeló a una explicación mitológica sobre lo que pudo haber pasado con el nene.

“Dicen que hay un Pomberito que se lleva a las criaturas y los mete en los huecos de los árboles, puede ser como no puede ser”, afirmó la abuela de Loan en referencia al Pombero, una especie de duende o espíritu de la cultura guaraní que se encuentra en las zonas rurales. Manifestó que recibió un llamado desde Buenos Aires, donde un conocido le recomendó “que buscara en el monte, en los huecos de los árboles”.

“Estoy mal del corazón por el nieto que se me ha perdido. Estoy sufriendo más que la familia. Me duele el alma, estoy con el corazón en la garganta, llorando por el nieto que se me perdió”, aseguró Catalina, manifestando una importante creencia religiosa muy presente en su casa como en su día a día. En ese marco, reiteró que el almuerzo con motivo de una promesa que ella le había realizado a San Antonio ante la pérdida de su celular, el cual luego fue encontrado.

“No se para dónde fue mi nieto [...] Era la primera vez que mi nieto venía a visitarme. Lo conocí de chiquito, pero después no lo vi más. Él le dijo que quería verme. Vino contento, me saludó, me abrazó”, recordó la abuela de Loan. Aseguró que tanto el nene como su padre José “llegaron de casualidad, no estaban invitados y no sabían del almuerzo”, coincidiendo así con el relato de su hijo.