La casa de la abuela Catalina donde se realizó el almuerzo, una residencia con un halo de misterio espiritista y ritos que recuerdan a un crimen tenebroso.

El 13 de junio, Catalina Peña recibió una visita, a priori, inesperada de su hijo José, que llegó con el pequeño Loan Peña, que habría insistido en acompañar a su padre. En el lugar, personas que cualquiera podría pensar inconexas, se encontraban almorzando pollo con varios niños rondando por ahí. Una foto donde todos están señalados por el misterio de lo que ocurriría un rato después, la desaparición de Loan luego de "ir a buscar naranjas".

Luego del almuerzo, un grupo se fue al naranjal, todos volvieron menos uno de ellos, el hijo de José, el nieto de Catalina, una mujer que supo moverse sin despertar mayores sospechas. Parte de esos movimientos fueron la búsqueda de limpiar de culpa y cargo al lugar donde estaban todos reunidos y señalar a su familia como gente que quería quedarse con su propiedad, no a sus vecinos que estaban allí, sino a sus hijos.

La casa de Catalina no es una más de las tantas que hay en Corrientes, ni mucho menos un lugar de reunión ocasional de los vecinos de 9 de Julio. La mujer era una suerte de curandera a la que se acercaban personas de distintos niveles sociales y lugares, como podían ser el matrimonio Pérez-Caillava o algún cuatrero de la zona. En la tapera, todos eran recibidos por igual para pedir favores y luego entablaban una relación con Catalina y le agradecían en especies.

Allí, en la tapera, hay muchas imágenes "religiosas", aunque no como si se tratara de una sacristía, sino más bien propias del sincretismo que reina en la región, con imágenes de la Virgen de Luján, San La Muerte y el Gauchito Gil por igual, como si se trataran de lo mismo. Rosarios, cintas rojas y oscuridad decoran el ambiente tétrico donde Catalina recibía a sus visitantes y realizaba celebraciones misteriosas.

A semanas de la investigación que mantuvo en vilo al país y hoy parece perderse en la oscuridad de la memoria sin encontrar un camino claro hacia la verdad, se conocieron imágenes de Catalina Peña en celebraciones extrañas, pero la teoría de algo en esa línea se descartó rápidamente, aunque sin muchos datos más sobre otra pista. En los últimos días, reflotó esta teoría con el pedido de investigar una tumba rural que, en muchos casos, funcionó de altar para celebraciones de creencias marginales.

Aunque no se encontró información que indicara el sacrificio de Loan Peña en el lugar, es una pista que no puede ser descartada de cuajo, menos aún con el dato de un caso similar en la mismo provincia. Aquel caso fue el de Ramoncito, que en 2006 fue asesinado durante una "misa negra", un ritual oscuro que "requería" del sacrificio de un niño.