Aromas silvestres, sabores ancestrales, texturas de arcilla y paisajes que emocionan, una propuesta turística única que invita a descubrir la identidad profunda de Tinogasta a través de una experiencia sensorial inolvidable. Leyendas, naturaleza y saberes artesanales se combinan en este recorrido que revaloriza lo auténtico. –eldiariodecatamarca.com

Enclavada en el corazón del Valle de Abaucán, Tinogasta se posiciona como un destino turístico único que invita a conocer su historia, cultura y naturaleza a través de los sentidos. Con su propuesta “Tinogasta, Tierra de Sensaciones”, el municipio, junto a la Secretaría de Gestión Turística de la Provincia, presenta una experiencia sensorial inolvidable, enmarcada en el programa “Catamarca Sensorial”.

Este recorrido especial propone a los visitantes experimentar la esencia tinogasteña mediante aromas, sabores, texturas, sonidos e imágenes que reflejan el profundo legado ancestral que aún perdura en cada rincón de esta tierra.

La experiencia inicia en el mirador de la India del Portezuelo, entre las localidades de Santa Rosa y El Puesto. Allí, una imponente figura de una mujer con un niño en brazos petrificada en la roca da vida a una leyenda local que honra la resistencia cultural originaria frente a la colonización. El lugar ofrece vistas impactantes del río Abaucán, cuyo nombre, según el investigador Samuel Lafone Quevedo, significa en lengua kakana "Señor Guerrero del Alto".

La caminata por el paisaje agreste permite descubrir los inconfundibles aromas de las hierbas autóctonas como la jarilla, la pichana y la tusca, que crecen entre las serranías y el cauce del río. En la Galería del Puesto, el emprendedor local Juan López, creador de "Fuerza Natural", guía a los visitantes por el mundo de las plantas medicinales, sus beneficios terapéuticos y su transformación en aceites y ungüentos naturales.

El recorrido continúa en el taller “Madre Tierra”, donde la artesana Ramona Quispe comparte el proceso de creación de piezas de cerámica, desde la elección de arcillas de variados colores y texturas hasta la modelación manual. Cada visitante puede moldear su propia pieza y llevarse no solo un objeto, sino también una parte del alma artesanal de Tinogasta. La artesana también explica las propiedades curativas de la arcilla, reconocida por sus beneficios para la piel y el alivio de dolores articulares.

La experiencia culmina en Finca La Sala, una casona de adobe construida en 1850, donde Ana Saris abre las puertas al pasado y al presente vitivinícola de la región. Allí, los visitantes brindan con el vino “Alma de Adobe”, elaborado con uvas de la finca, y degustan el plato típico “Costillas al Malbec”, una explosión de sabor que resume la identidad culinaria del lugar.

El recorrido, de unas dos horas y media de duración, puede realizarse en horarios matutinos o vespertinos con reserva previa a través de @turismo.tinogasta en redes sociales, WhatsApp al 3837-430666, o en las oficinas de información turística del municipio. “Tinogasta, Tierra de Sensaciones” no es solo una propuesta turística, es una inmersión en la identidad cultural de una comunidad que ha sabido preservar su historia, su vínculo con la naturaleza y sus saberes ancestrales. Esta experiencia forma parte del proyecto provincial “Catamarca Sensorial”, impulsado por el Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte de la Provincia, que busca fortalecer la oferta turística con propuestas auténticas y sostenibles.