El Servicio Meteorológico Nacional anunció la llegada de una ola subpolar en el Área Metropolitana de Buenos Aires, y los expertos indican que podría ser favorable para combatir la epidemia del dengue.

El otoño ya se siente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con temperaturas más bajas que refrescan a la ciudad. Los expertos meteorológicos aseguran que, este 10 de abril, comenzó la primera ola subpolar de la temporada, con mínimas que oscilan los 12 grados y máximas que no superan los 18. Se trata de un posible “alivio” en cuanto a la lucha contra la epidemia del dengue.

En los últimos meses, se han registrado más de 230.000 casos de dengue en el país, así como 161 fallecimientos a causa de la enfermedad transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti. La acumulación de agua en diferentes espacios y la ola de calor son algunos de los factores que propician el aumento de dengue. En consecuencia, los expertos aseguran que el descenso de la temperatura pronosticado de aquí en adelante, sería crucial para la disminución de la cantidad de mosquitos en la región y, en consecuencia, de los casos registrados de dengue.

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), a partir del miércoles 10 hasta el lunes 15 de abril, cobrará protagonismo el fenómeno climático conocido como ola de frío subpolar, en la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires. En tanto, las temperaturas oscilarán entre los 12° y 18°, así como se pronostican lluvias intensas desde el viernes hasta el próximo martes.

¿Qué es una ola subpolar?

Una ola de frío subpolar es un fenómeno meteorológico que consiste en el desplazamiento de una masa de aire frío desde las regiones subpolares hasta sitios con latitudes más bajas, pero que no suelen contar con temperaturas similares en esta época. En tanto, se provoca un descenso abrupto de las temperaturas en el área que acostumbraba a contar con un clima más templado.

Ahora bien, el descenso abrupto de la temperatura, gracias a la llegada de la ola de frío subpolar, podría ser de gran ayuda para disminuir la reproducción de los mosquitos que podrían ser portadores del dengue. Es que se trata de insectos ectotérmicos, es decir, de sangre fría, que dependen de la temperatura ambiental para mantener su actividad.

Cuando el clima es frío, el desarrollo de los mosquitos se ralentiza y se vuelven menos activos, provocando que algunos entren en un período de hibernación hasta que vuelva el calor.