Tenía 89 años y fue una de las figuras más importantes del teatro argentino.
El dramaturgo Roberto “Tito” Cossa murió a sus 89 años. Así lo confirmó este jueves por la mañana una persona cercana al autor de grandes obras como La Nona, Yepeto, El viejo criado y Gris de ausencia.
“Uno de los dramaturgos más importantes del teatro argentino”, escribió Florencia Ghio en su cuenta de Twitter para dar la triste noticia. La periodista contó a este medio que su mamá, Ana Ferrer, estuvo con él en el hospital.
A lo largo de su trayectoria, Tito escribió alrededor de 28 obras y seis guiones de cine. Incluso, durante la última dictadura militar fue uno de los impulsores del Teatro Abierto.
El dramaturgo hubiera cumplido 90 años el próximo 30 de noviembre, misma fecha en la que se celebra el Día Nacional del Teatro y el Día del Teatro Independiente. Sin embargo, en una entrevista que había dado en 2020 para el Ministerio de Cultura de la Nación contó que “le gustaba la coincidencia pero que no se la creía”.
En esa nota, Tito había respondido varias preguntas sobre su labor. “El teatro sirve como cualquier otro arte, para despertar la sensibilidad de un espectador, divertirlo, seducirlo, hacerlo reír o llorar”, había explicado y aseguró que eligió su profesión de autor para unir su “ambición de ser actor con la de ser escritor”.
“Con profundo pesar despedimos al gran dramaturgo argentino Roberto “Tito” Cossa, expresidente y presidente honorario de Argentores, y personalidad destacada de la cultura de nuestro país”, expresa el comunicado que compartieron desde Argentores. “Enviamos nuestras condolencias a su esposa María Elena Armentano, su hijo Mariano Cossa, demás familiares y colegas en este difícil momento”, completa.
El éxito de “La Nona”, del teatro al cine
Roberto Tito Cossa escribió la obra de teatro entre 1970 y 1971. La falta de precisión fue aportada por el propio autor, quien nunca pudo definir una fecha aproximada. Años después de escrita la obra, en enero del año 1974, canal 13 emitió “La Nona” interpretada por Norah Cullen, con Osvaldo Terranova, Dringue Farías y Miguel Ligero. Tuvo una notable repercusión de público y crítica.
Después del Golpe de Estado de 1976, Tito retomó La nona: “Era casi la misma historia que escribí para televisión, solamente le agregué diálogos para llevarla al teatro”, contó. Trabajó dos meses seguidos. Se impuso un horario estricto: de 12 a 16. La rutina le servía como refugio.
Una tarde se reunió con un grupo de amigos para hacer la primera lectura de la obra. Apenas terminó de leer, Carlos Gorostiza se la pidió para dirigirla, con la condición de que la hiciera un hombre. Cossa reescribió la segunda parte, cuando los personajes mueren uno por uno y la vieja destruye todo.
Cuando en agosto de 1977 se estrenó la obra en el teatro Lasalle, ya Roberto Cossa no pensaba en dejar Argentina y la Dictadura. Ulises Dumont se puso en la piel del personaje e hizo una composición magistral. A los pocos días arrojaron una bomba incendiaria en la entrada de la sala. Se rompieron los vidrios de la puerta, se quemó parte de la alfombra. Luis Brandoni fue el primero del reparto que se fue del país.
Los reemplazos en el elenco se dieron casi sin interrupción. El público llenaba la sala todas las funciones. Tiempo después, un alto funcionario les advirtió que desde el Ministerio del Interior se intentaba prohibir la obra. El grupo reunió las críticas y comentarios que se publicaban y los envió al ministerio. La estrategia resultó y la prohibición fue solo para menores de 18 años.
Antes de bajarla de cartel, el director Héctor Olivera habló con Roberto Cossa para llevar la obra al cine. Ya la vieja italiana, ese personaje terrible que algunos identifican con la inflación, otros con el imperialismo y Cossa con la muerte, empieza a consagrarse en la pantalla grande. Y también en el exterior.