Según estiman, si se incrementara sólo en un 10% la importación, provocaría un aumento de US$ 7.300 millones en el déficit comercial del sector.
Se abrió paso un debate en los últimos días sobre la posibilidad de incrementar la importación de medicamentos desde países con certificaciones sanitarias. No obstante, esta decisión podría no reducir los precios en Argentina y, en este sentido, aumentaría la dependencia comercial. La solución, para expertos, está en fortalecer la prescripción de genéricos y la producción pública estratégica, en lugar de comprar de afuera medicación con menos controles de calidad.
Dichos certificados de la autoridad sanitaria de origen se basan en los requisitos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Deben ser fabricados en plantas que cumplan con Buenas Prácticas de Fabricación certificadas por la ANMAT o agencias equivalentes de Estados Unidos o Europa, con el objetivo de reducir sus precios.
Cómo afectaría aumentar las importaciones
Sin embargo, Sonia Tarragona, exjefa de Gabinete del Ministerio de Salud de la Nación, advierte que no hay evidencia de que la importación de productos de países como India, Irlanda, China, Brasil o Suecia, regulada por el Decreto 150/92, impacte en la reducción de precios del mercado local. La complejidad de los tipos de precios y mecanismos de financiamiento en Argentina añade incertidumbre a esta medida.
Tarragona, que también es coordinadora académica del curso de posgrado sobre "Economía de la Salud y los Medicamentos" del Instituto Universitario para el Desarrollo Productivo y Tecnológico Empresarial de la Argentina (IUDPT), asegura que incrementar la importación de productos farmacéuticos aumenta la dependencia comercial y contradice el proceso de autosuficiencia sanitaria impulsado globalmente tras la pandemia de covid 19.
Además, señala que los países del Anexo II tienen un rol significativo en el mercado mundial y presentan economías de escala en su producción. Esto afectaría principalmente a los segmentos de venta libre y genéricos de marca, que representan más del 70% de los medicamentos consumidos en Argentina.
Con un déficit comercial del sector superior a los 7.000 millones de dólares, un incremento del 10% anual en las importaciones demandaría 7.370 millones de dólares adicionales, impactando fuertemente a los laboratorios nacionales de menor escala y sustituyendo empleo local en la cadena de comercialización de medicamentos.
Según Tarragona, casi el 80% de las importaciones de fármacos en Argentina proviene de países con alta vigilancia sanitaria. No obstante, la importación de principios activos necesarios para la producción de medicamentos ha crecido sostenidamente en la última década, con un 70% de estos provenientes de países del Anexo II.
Los requisitos de importación obedecen a criterios sanitarios y regulatorios estrictos para garantizar la seguridad y eficacia de los productos consumidos en Argentina. Importarlos sin inspección de la planta elaboradora ni verificación del cumplimiento de Buenas Prácticas de Fabricación incrementa el riesgo de que no cumplan con los estándares mínimos exigidos.
En conclusión, Tarragona subraya que la solución a la suba de precios no debería ser la importación de medicamentos más baratos con menos controles de calidad, sino el fortalecimiento de la prescripción por genéricos, el cumplimiento de los precios de referencia para la seguridad social y el fortalecimiento de la producción pública estratégica.