Lo que le ocurrió a la alumna mexicana enfatiza la lucha contra el acoso escolar. La Unesco ha llamado a poner fin a la violencia en la educación
Hace unas semanas, el caso de Fátima Zavala estremeció a México luego de que la menor de 13 años de edad cayera del primer piso de un edificio dentro de la secundaria a la que asistía, presuntamente al ser acosada por otros estudiantes debido a su afición por el K-pop.
El hecho ocurrió el pasado 4 de febrero en la Escuela Secundaria Diurna número 236, ubicada en la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México. Días después, la Fiscalía capitalina dio a conocer que había una carpeta de investigación abierta, tras la denuncia de los padres de la joven por el presunto acoso que recibía Fátima.
Si bien el 24 de febrero las autoridades determinaron que “hasta el momento no existen indicios” que comprueben que Zavala haya sido empujada por sus compañeros de secundaria, se dieron a conocer diversas pruebas del acoso que no se limitaba a las horas de escuela, sino que también se hacía presente en redes sociales, donde la desestimaban por su afición a la cultura coreana, al igual que por su físico y hasta su forma de reírse.
El caso de Fátima es una muestra más de que aún no hay políticas eficientes que frenen el acoso y hostigamiento en las escuelas de México y Latinoamérica.
Hay que poner fin a la violencia en la educación: Unesco