Luego de la clasificación de Lanús a la final de la Sudamericana, los jugadores de la Universidad de Chile fueron a buscar a los del Granate y volaron piñas para todos lados.

Lanús se tomó revancha de la semifinal perdida en 2024 ante Cruzeiro y, en dicha instancia, eliminó a Universidad de Chile tras el 1-0 en la Fortaleza para meterse en la gran final de la Copa Sudamericana, donde enfrentará a Atlético Mineiro el 22 de noviembre en Asunción, Paraguay. Una vez consumada la clasificación del Granate, los jugadores de ambos equipos protagonizaron una feroz batalla campal que empañaron los festejos.

Lanús se clasificó a la final de la Sudamericana y todo terminó en escándalo

Cuando el juez venezolano Alexis Herrera pitó el final, todos los futbolistas del elenco chileno fueron a buscar a Carlos Izquierdoz. A partir de eso comenzó una gresca entre planteles que duró unos largos minutos y tuvo de todo: se formó un inmenso tumulto en el que se repartieron piñas para todos lados.

Lógicamente, los más sacados eran los de la U. de Chile, embroncados tras la eliminación del certamen. Por el lado de Lanús se trataban de calmar entre sí para no entrar en el juego de los trasandinos y evitar posibles sanciones de cara a la final. "Preferí quedar como que me comí los mocos a ser amonestado", dijo Izquierdoz en las declaraciones que brindó post partido.

Las aguas se calmaron cuando los jugadores del Granate se alejaron de la situación para ir a festejar la histórica clasificación con los hinchas que reventaron la Fortaleza. Luego de eso, los de Mauricio Pellegrino se retiraron del campo de juego ya sin integrantes de la U en cancha y pensando en la gran final.

Los fuertes reclamos del conjunto Azul también se trasladaron al árbitro Herrera, recriminándole una evidente mano de Eduardo Salvio en la jugada que inició el 1-0 de Rodrigo Castillo y sentenció la clasificación de Lanús. Un verdadero escándalo.