Años antes de su separación, el actor argentino protagonizó un intercambio con Katherin Winnick mientras su entonces pareja mostraba celos al aire.

Hace algunos años, Nico Vázquez y Gime Accardi compartían momentos de aparente complicidad frente a cámaras, en un segmento mediático de “permitidos” que combinaba humor, picardía y tensiones de pareja. Fue allí donde ella admitió que su crush platónico y permitido sería Ragnar, de Vikingos, generando un ida y vuelta cargado de chistes y pequeñas dosis de celos, que entonces parecían parte del juego y hoy, con la separación y las filtraciones de infidelidades, se leen con otra intensidad.

En ese marco, Vázquez decidió enviar un mensaje a Katherin Winnick, la actriz que interpreta a Lagertha, en un inglés improvisado, pero con una declaración clara y romántica: “Miro tus ojos y veo el paraíso. Mi nombre es Nicolás Vázquez. Mi inglés es malo, pero mi personalidad es muy buena. Te amo, Lagertha”.

La reacción de Gime, entre divertida y celosa, quedó registrada al aire, y hoy se percibe como uno de los tantos indicios de las tensiones que terminarían marcando el final de la relación. La respuesta de Winnick fue amistosa y con un toque de complicidad que transformó la interacción en un momento inolvidable.

“Hola, Nicolás. Soy Katherin Winnick, de Vikingos, hago de Lagertha. Gracias por el hermoso mensaje. Realmente tenés unos ojos hermosos”, sostuvo. Pero luego agregó un giro inesperado y sugestivo que sumó dramatismo al episodio: “Bueno, espero verte en el set. ¿Por qué no te subes a un avión? ¿Por qué no vienes a visitarme? ¿Por qué no te das la oportunidad de ser un Vikingo y mi escudero y guerrero personal?”.

Hoy, a la distancia y tras la separación de la pareja, el intercambio entre Nico y Winnick se reinterpreta como un capítulo que anticipaba tensiones y diferencias: la complicidad de entonces se mezcla con los celos de Gime Accardi y el telón de fondo de los rumores de infidelidades que marcaron el fin de la relación.

Lo que en su momento fue un juego divertido, ahora se observa con una mirada más crítica y dramática, donde cada gesto y cada mensaje parecen anticipar lo que vendría años después, dejando un recuerdo que combina humor, deseo y conflictos de pareja.