Se encontraban en un contenedor, justo frente a uno de los accesos del Juzgado Federal. Obras literarias, en español y en ingles despertaron la atención de los transeúntes, quienes tibiamente se acercaban y hasta aprovechaban para llevar algún libro de su interés.–Diario de Catamarca 

En la era digital, donde la información fluye a través de pantallas y dispositivos electrónicos, el libro papel, sigue manteniendo su relevancia e importancia, ofreciendo una experiencia sensorial única que va más allá de leer a través del brillo y las palabras de una pantalla digital. En este último tiempo, bibliotecas escolares, públicas y universitaria, ha invitado a los ciudadanos a recuperar el valor en los libros, donando aquellos que van quedando olvidados en los rincones de una estantería. 

Es así que, en la mañana de este jueves, un equipo de ElDiariodeCatamarca.com, se llegó hasta la calle Junín al 630, entre República y San Martín, al ser informados por oyentes del Programa radial “La Mañana en la Isla”, de Radio FM La Isla 107.9 MHZ, que a mitad de cuadra se encontraba en la calle un contenedor de basura, con una bolsa llena de libros.

La invaluable colección, contenía Novelas literarias, Diccionarios de Ingles, libros de Poesía, de índole judicial, de historia, entre otros. Una parte importante de este material, eran libros con fechas de publicación entre los años 50 a 90, incluso ediciones en inglés.

Según pudo conocer, ElDiariodeCatamarca.com, a través del relató de un obrero de la construcción de un domicilio, ubicado sobre calle Junín, “Estamos trabajando, refaccionando y remodelando una casa, que fue adquirida hace poco tiempo. Cuando nos tocó ingresar para comenzar a limpiar y sacar los escombros, encontramos en una habitación una biblioteca muy importante, por la cantidad de libros que tenía”, detallaba el obrero, explicando la razón por la que los libros llegaron hasta el contenedor de basura, “El nuevo dueño nos pidió que limpiáramos todo y los sacáramos a la basura, sinceramente nos dio cosa por los libros, por eso decidimos ponerlos dentro de una bolsa sobre el contenedor, esperábamos que la gente que pasará los viera y es lo que está pasando”. Aclaraba.

Con esta iniciativa de los trabajadores, y reconociendo en cierta manera la importancia y valor de los libros, a medida que trascurría la mañana varios transeúntes, que pasaban se paraban a "inspeccionar" y se llevan con ellos material bibliográfico importante. Llegando al punto, que la gran mayoría de las obras literarias se rescataron, solo quedando algunos que otros folletos, revistas, facturas de menos importancia.